Pequeños héroes con gran amor por los animales

Los hermanos Montoya, dos niños voluntarios de la Asociación Civil “Gente por los Animales” que se esfuerzan por concientizar sobre el respeto y cuidado de todas las criaturas vivas

LAURA ELENA AGUAYO /Fotos: Jorge Galindo y cortesía

  · martes 1 de mayo de 2018

Este Día del Niño celebrar con globos, fiesta, pastel y regalos no es para todos, pues además de la diversión de ser niño también es sinónimo de “dar”, ya sea alegría, amor y cuidado tal como lo hacen los hermanos Montoya, quienes muestran un ejemplo de altruismo al ser voluntarios en la Asociación Civil “Gente por Los Animales”.

A pesar del calor, frío o largas horas de espera en las jornadas de esterilización, ellos siempre tratan de contribuir en lo que pueden al rescate de animales de compañía en condición de calle.

“Para mí un rescatista no es solamente una persona que se lleva un perro a su casa y le da de comer. Un rescatista es una persona que siempre esta con el perro hasta encontrarle un hogar”, expresó José Luis Montoya, de 13 años, estudia en la Secundaria General 4 y desde los 9 se ha visto involucrado en el voluntariado en favor de la protección de animales. Con gran satisfacción muestra con el ejemplo a pequeños, padres de familia y adultos mayores la importancia y el cambio que hace en la vida de perros o gatos al tenderles un poco la mano.

“He dado pláticas en escuelas a niños sobre cómo acercarse a los animales de compañía, participado en campañas de esterilización, acudido a casas hogar de ancianos, DIF, donde las personas tienen la oportunidad de convivir con los animales. En ocasiones algunos rescatistas de animales no pueden quedarse con un animal, pero pueden lograr encontrar un lugar donde lo cuiden. Por eso damos pláticas y compartimos historias a los niños para que ellos les comenten a sus papás haciendo conciencia para ayudar a más animales, esto nos ayuda a poder fomentar que otras personas ayuden al rescate de perros y gatos en la ciudad”.

Por su parte, su hermana menor, Bárbara Montoya, de 9 años, quien estudia en la escuela primaria “Juan Escutia”, se muestra sensible a la condición en que se encuentran los animales sin hogar, pues por su casa han desfilado casos que le han conmovido pero que al final le llenan de alegría el corazón por dar una oportunidad de vida un animal que nunca conoció el amor de un dueño responsable.

“A mí me gustan los perritos y no me gusta que vivan en la calle, quiero que tengan un hogar, por eso decidí apoyar para que no se tengan más perritos en la calle que la gente abandona”.

“Bruno” es el nombre de un perrito que sin pensarlo recordó cómo le robo el corazón, ahora tiene un hogar y nunca podrá olvidar cómo llegó a su casa. “Mi papá rescató a un perro que vio en la calle, estaba lleno de garrapatas muy flaco, lo llevamos a casa y lo llamamos ‘Bruno’. Justo al llegar con él a casa le compramos un cepillo y champú especial para quitarle las garrapatas y ahora luce irreconocible”, concluyó la pequeña rescatista.

La madre de los menores, Dulce Montoya -voluntaria de la Asociación-, se ve orgullosa de contar con dos hijos y una familia interesada en el bienestar de los demás, lo cual dijo se ve reflejado en el comportamiento de sus pequeños. “Son niños que se han vuelto responsables, conscientes, emotivos, generosos que se preocupan por el bienestar de los animales, los niños y la comunidad”.

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