/ miércoles 20 de mayo de 2020

Ofrecen color en tiempos oscuros

El mundo de la moda ha decidido reinventarse, incluyendo mascarillas fashion entre sus colecciones más recientes

Funcionales o creativas, las mascarillas son el accesorio más utilizado entre las pocas personas que estos días caminan por las calles de Nueva York, una fantasmal capital de la moda cuyos diseñadores, a puerta cerrada, se esfuerzan por contribuir su granito de arena en la crisis del Covid-19 y “aportar color en tiempos oscuros”.

Según expresó recientemente el diseñador Tom Ford, presidente del Consejo de Diseñadores de Moda (CFDA, por sus siglas en inglés) de EE.UU., este sector “ha sido golpeado con dureza desde todos los ángulos” por la pandemia del coronavirus: La cadena de suministro ha sido interrumpida por el parón de actividad y se han detenido en seco los engranajes del comercio minorista, con miles de despidos y ya alguna bancarrota.

Con la población recluida y centrada en problemas más graves que el frívolo “qué me pongo”, marcas de todo el mundo como Burberry, Lacoste, Adidas y Nike o cadenas asequibles como H&M, han reorganizado su flujo de trabajo para producir mascarillas y otros materiales de protección (PPE), mientras otras han visto un filón en esta pieza que ha llegado para quedarse, de momento.

Hillary Seymour, ha creado unas vistosas mascarillas en las que se puede introducir un filtro para el aire y que se atan con un lazo | Cortesía | Collina Strada

CREATIVIDAD SIN LÍMITE

Una búsqueda rápida en internet basta para ver modelos de todos los gustos y cómo las revistas de moda están dedicando sus páginas a esta nueva tendencia: Las de Alice + Olivia lucen estampados de caras femeninas; las de Lirika Matoshi dibujos de lentejuelas; las de David Avido diseños tradicionales africanos; la creatividad no tiene límites “¿Por qué no aportar un poco de color y alegría a las vidas de la gente en estos tiempos oscuros?”, declaró a Efe Seymour, que ofrece otras sin costo en caso de necesidad.

EL SECTOR SE VUELCA

“Muchas mascarillas van a los trabajadores del sistema sanitario y otras son vendidas a los consumidores”, reitera en ese sentido la experta en accesorios Mullins. “Creo que el esfuerzo del sector de la moda para ayudar a proporcionar PPE exhibe lo mejor de esta industria”, agrega, destacando cómo muchas firmas que no pueden cumplir con los estándares de producción de los artículos funcionales hacen esfuerzos a su medida, con el ejemplo de la plataforma de venta de productos artesanales Etsy.

Etsy urgió a sus vendedores a producir mascarillas de tela y 20 mil de sus tiendas las ofrecen ahora en sus catálogos, muchas de ellas donando su recaudación de ese producto a organizaciones benéficas para paliar el impacto de la pandemia, ya sea el total del importe, como la firma Outdoor Voices o una parte, en el caso de marcas comerciales como GAP o Disney.

APRENDER DE LA PANDEMIA

Tom Ford, presidente de los modistos de EE.UU., declaró que pese a la incertidumbre y la necesidad de afrontar problemas como el inventario acumulado, el sector minorista debe recapacitar sobre su futuro y en parte eso implica plantear si “la gente va a correr a gastar su dinero” y “qué productos querrán”. “Creo que el futuro de la moda funcionará si se capitaliza el autoanálisis que está teniendo lugar mientras nuestras vidas y muchos negocios están parados. Si el sector vuelve a los mismos procesos y procedimientos después de la pandemia, no habremos aprendido nada”, coincide en cierto sentido Mullins. “Hay que hacer ajustes a los ´shows´ de moda, los métodos de producción y las cantidades. Necesitamos estar dirigidos por valores y no solo beneficios”, agrega esta experta, que desde su puesto en el Fashion Institute of Technology también reivindica escuchar a los estudiantes de moda y valorar sus “nuevas ideas”.

Funcionales o creativas, las mascarillas son el accesorio más utilizado entre las pocas personas que estos días caminan por las calles de Nueva York, una fantasmal capital de la moda cuyos diseñadores, a puerta cerrada, se esfuerzan por contribuir su granito de arena en la crisis del Covid-19 y “aportar color en tiempos oscuros”.

Según expresó recientemente el diseñador Tom Ford, presidente del Consejo de Diseñadores de Moda (CFDA, por sus siglas en inglés) de EE.UU., este sector “ha sido golpeado con dureza desde todos los ángulos” por la pandemia del coronavirus: La cadena de suministro ha sido interrumpida por el parón de actividad y se han detenido en seco los engranajes del comercio minorista, con miles de despidos y ya alguna bancarrota.

Con la población recluida y centrada en problemas más graves que el frívolo “qué me pongo”, marcas de todo el mundo como Burberry, Lacoste, Adidas y Nike o cadenas asequibles como H&M, han reorganizado su flujo de trabajo para producir mascarillas y otros materiales de protección (PPE), mientras otras han visto un filón en esta pieza que ha llegado para quedarse, de momento.

Hillary Seymour, ha creado unas vistosas mascarillas en las que se puede introducir un filtro para el aire y que se atan con un lazo | Cortesía | Collina Strada

CREATIVIDAD SIN LÍMITE

Una búsqueda rápida en internet basta para ver modelos de todos los gustos y cómo las revistas de moda están dedicando sus páginas a esta nueva tendencia: Las de Alice + Olivia lucen estampados de caras femeninas; las de Lirika Matoshi dibujos de lentejuelas; las de David Avido diseños tradicionales africanos; la creatividad no tiene límites “¿Por qué no aportar un poco de color y alegría a las vidas de la gente en estos tiempos oscuros?”, declaró a Efe Seymour, que ofrece otras sin costo en caso de necesidad.

EL SECTOR SE VUELCA

“Muchas mascarillas van a los trabajadores del sistema sanitario y otras son vendidas a los consumidores”, reitera en ese sentido la experta en accesorios Mullins. “Creo que el esfuerzo del sector de la moda para ayudar a proporcionar PPE exhibe lo mejor de esta industria”, agrega, destacando cómo muchas firmas que no pueden cumplir con los estándares de producción de los artículos funcionales hacen esfuerzos a su medida, con el ejemplo de la plataforma de venta de productos artesanales Etsy.

Etsy urgió a sus vendedores a producir mascarillas de tela y 20 mil de sus tiendas las ofrecen ahora en sus catálogos, muchas de ellas donando su recaudación de ese producto a organizaciones benéficas para paliar el impacto de la pandemia, ya sea el total del importe, como la firma Outdoor Voices o una parte, en el caso de marcas comerciales como GAP o Disney.

APRENDER DE LA PANDEMIA

Tom Ford, presidente de los modistos de EE.UU., declaró que pese a la incertidumbre y la necesidad de afrontar problemas como el inventario acumulado, el sector minorista debe recapacitar sobre su futuro y en parte eso implica plantear si “la gente va a correr a gastar su dinero” y “qué productos querrán”. “Creo que el futuro de la moda funcionará si se capitaliza el autoanálisis que está teniendo lugar mientras nuestras vidas y muchos negocios están parados. Si el sector vuelve a los mismos procesos y procedimientos después de la pandemia, no habremos aprendido nada”, coincide en cierto sentido Mullins. “Hay que hacer ajustes a los ´shows´ de moda, los métodos de producción y las cantidades. Necesitamos estar dirigidos por valores y no solo beneficios”, agrega esta experta, que desde su puesto en el Fashion Institute of Technology también reivindica escuchar a los estudiantes de moda y valorar sus “nuevas ideas”.

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