La parroquia de la Santa Cruz se llenó de alegría y luz con las sonrisas de todos los jóvenes que acudieron para recibir por primera ocasión el cuerpo y sangre de Cristo, un momento de suma importancia para devotos como Hillary Antonia Pineda Torres, quien guiada por sus padres, Julio Pineda y Margarita Torres, se preparó con mucha fe para abrir las puertas de su corazón a Jesús.
El sacerdote Humberto Méndez se encargó de oficiar la solemne ceremonia en la que entregó a Hillary la hostia ante su padre, quien además eligió con amor y orgullo el compromiso de ser su padrino, dispuesto a destacar con gentileza y amor la importancia de abrir su corazón para que Dios habite en él.