Turista Cultural

Hace tiempo tuve un encuentro romántico con una mujer mayor que yo, y como suele ser el caso con esta columna cuando se transforma en un remedo del confesionario de Chabelita, no estoy muy orgulloso de lo que hice, pero estoy agradecido por la experiencia. Aprendí lo importante que es la comunicación y el compartir metas. Aprendí también que las mentiras más dañinas son las que te cuentas a ti mismo, ésas que te exentan de la responsabilidad y te victimizan. Una garantía de estancamiento. Esto lo recalqué hasta en la clase de filosofía que imparto: Las mentiras son el sustento de nuestra historia, muy aparte de la verdad y de la realidad.

Todos tenemos una historia que nos relatamos día con día. Está basada en nuestros sueños y esperanzas, pero también en nuestros miedos e inseguridades. Por eso Tajoumaru, representado de manera sublime por Toshiro Mifune en Rashomon (1950), exagera la historia del homicidio que cometió. Prefiere la pena capital a aceptar que mató en defensa propia, que sobrevivió por un golpe de suerte y, más importante todavía, que es un cobarde. Así mentimos o decimos la verdad a medias una mentira por omisión, para vestir una máscara de paciencia, lealtad, inteligencia, éxito, hombría, virtud.

Mi falta fue pensar que sabía lo que quería y que lo expresé con claridad. Hoy, en la manera más pública, acepto que no fue así. Pero ahora me trae paz saber que no soy el único que echó algo bueno a perder. La simple y sencilla verdad es que no soy ni el único ni el primero ni el último. Las cosas no sucedieron por sí solas, yo las provoqué, pero la vergüenza es incentivo suficiente para volverte deshonesto.

"Destiempo", obra de teatro escrita y dirigida por Norma Alicia Bustamante, con actuaciones de ella y Hozkar Farah, viene desde ese lugar complicado, recalcitrante e incómodo a recordarnos eso. Habla de los destellos de pasión, pero también de la humillación del rechazo. Habla del tabú de la discrepancia de edades y la emoción que despierta romperlo, pero también nos sugiere que ese tabú más que una migaja de moral puritana es una advertencia. Es teatro difícil. En su primera presentación en el Café Literario causó aplausos, pero también comentarios que más que críticas eran inseguridades proyectadas. Escuchabas en el aire "¡Qué vergüenza!" y casi podías oír la misma voz diciendo bajo su aliento: "Yo jamás haría algo así".

Historias, vaya. Pero para eso está el teatro.

La obra se presentará mañana en el Foro Experimental del Ceart a las 20:00 horas, y tendrá un costo de admisión de 100 pesos. No falten.

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