En una ceremonia cargada de emotividad y gratitud, fue como despidieron a la Sra. María de Jesús Villalobos de Murillo, una mujer que cuya vida estuvo marcada por su dedicación y compromiso con la comunidad mexicalense.
Fueron cientos de personas las que se reunieron en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe para darle el último adiós a “Marucha”, lo que demuestra la huella imborrable que dejó en los que tuvieron la oportunidad de conocerla.
La familia Murillo Villalobos agradeció la presencia de cada uno de los asistentes, y tomaron el micrófono para dedicar unas palabras a la fundadora de Mujeres que Viven.
“Siempre te sentimos cerca de nosotros, estabas convencida de que mientras existan corazones generosos habrá esperanza, tu corazón es más grande mamá. Fuiste una gran mujer, con tu sonrisa y tu bondad, fuiste un gran ejemplo, gracias mamá”, expresó Ana Lucía, hija de “Marucha”.
Entre las lágrimas y palabras de agradecimiento, se destacaron las innumerables vidas que tocó a través de su incansable labor en favor de las mujeres que sufren el mal del cáncer de mama, una lucha a la que Mujeres que Viven se han enfrentado desde hace más de 10 años.
Su legado perdurará en cada una de las iniciativas que continúan desarrollándose en su nombre, y su ejemplo seguirá inspirando a futuras generaciones.
La despedida de la señora Marucha no solo fue un adiós, sino también una celebración de una vida dedicada al servicio y al amor por los demás.
