En un altar adornado con cariño y devoción, Jorge y Verónica se presentaron ante Dios y sus seres queridos, acompañados por sus hijos: María José, Jakeline y José Eduardo.
Los padres de la novia, Elvira y Ramón Rodríguez, miraban con orgullo y alegría, mientras que Josefina y Arturo Villareal, padrinos de honor, velación y lazo, sostenían con ternura el camino de este amor eterno.
Ángel Jauregui y Ana Bertha Reyes, padrinos de arras, simbolizaron la prosperidad que acompaña a los recién casados. La ceremonia, teñida de emociones estuvo marcada por la participación activa de los hijos, quienes no solo llevaron los anillos en cojines adornados con amor, sino que también presentaron ofrendas cargadas de significado.
El mariachi, con sus acordes apasionados, llenó el escenario de notas vibrantes, posteriormente la celebración se trasladó al Salón Mónaco, donde la fiesta alcanzó su apogeo. Con música en vivo, los novios compartieron bailes sorpresa, vals y la siempre emocionante tanda del dólar.
El toque especial lo puso el primo del novio, un cantante profesional que entonó melodías que hicieron latir más fuerte los corazones. Jorge, en un gesto de amor sincero, dedicó canciones a Verónica, completando así un día que quedará grabado en la memoria de todos como un lazo celestial que une a esta familia para siempre.