ESTRATEGIA$
Los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México han de estar muy satisfechos por el avance que registra la inflación general en el país.
Según datos del Inegi, durante la primera quincena de febrero el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró una tasa anual de 3.9%, su menor nivel desde diciembre de 2016 cuando fue de 3.2%. Fue menor a las expectativas de 4.1% por parte de analistas privados y está en línea con la meta del Banco Central de una inflación anual de 3%, más-menos un punto porcentual. Los precios tuvieron una disminución de 0.1% respecto a la quincena inmediata anterior y en lo que va del año el avance fue de sólo 0.02%, es decir, el promedio nacional siguió casi igual al registrado en la segunda quincena de diciembre del 2018. La baja se atribuyó al descenso anual de -6.2% en los rubros de frutas y verduras y de -0.01% en el de energéticos. Incidió también la disminución del tipo de cambio del peso respecto al dólar y el aprovechamiento de más negocios del estímulo fiscal del IVA en la frontera.
Antes de conocerse los datos, las expectativas de los analistas habían mejorado, de tal manera que esperaban un cierre de año con un rango de 3.5 a 3.8%. Consecuentemente, también optimizaron sus pronósticos en cuanto al tipo de cambio, para ubicarlo en un rango de 19 a 20 pesos por dólar al cierre de año. La tendencia a reducir la inflación seguramente continuará durante todo el primer trimestre. Esto como resultado del efecto retardado de los factores antes descritos, así como la desaceleración económica registrada a consecuencia de un menor gasto público (propio de inicios de cada sexenio), a la afectación por la escasez de combustibles producto del combate al huachicoleo y al bloqueo de operaciones ferroviarias en Michoacán. Igualmente, al “shutdown” de Trump que ya impactó desfavorablemente el crecimiento económico de EUA y con ello las exportaciones mexicanas. Pero no hay que “echar las campanas al vuelo”.
Las cosas pueden cambiar, sobre todo si el gobierno se ve obligado a modificar su manejo de las finanzas públicas como consecuencia de las presiones de las calificadoras internacionales por el caso Pemex y su posible repercusión en la deuda soberana. En Baja California, la inflación anual para Tijuana en la primera quincena de febrero fue de 3.4%, mientras que para Mexicali de sólo 0.5%. Con respecto a diciembre del año pasado, los precios tuvieron un comportamiento negativo de -1.7% y 1.4%, respectivamente. Lo anterior no concuerda con el sentir de muchos ciudadanos, pues contrasta con lo que experimentan al realizar sus compras. Se fortalece con las declaraciones de organismos empresariales que señalan que la mayoría de sus agremiados no se han inscrito aún al programa de estímulo del IVA, motivo por el cual aún no lo aplican. Quiero pensar que cualquier discrepancia es resultado de una percepción errónea y no de la manipulación de cifras por parte de Inegi. erovirosa01@gmail.com