/ viernes 22 de junio de 2018

Son más los indecisos que se definirán ante la boleta

Alto Poder


En la recta final del proceso electoral, la disputa es por el segundo lugar, porque el primero está prácticamente definido a favor de Andrés Manuel López Obrador.

José Antonio Meade tiene la posibilidad de alcanzar el segundo puesto porque la imagen de Ricardo Anaya ha venido a la baja por los escándalos generados por su fortuna y la de su familia.

Es cierto que el pueblo quiere que el próximo Presidente haga justicia y lleve ante un juez a todos aquellos que han empobrecido a la nación, robándose los recursos públicos a través de los más suculentos negocios.

Los mexicanos también buscan a un gobernante que les garantice prosperidad e igualdad y que no permita más corrupción entre sus colaboradores.

Las encuestas revelan la intención del voto de un momento y un lugar específicos. Suelen ser tendenciosas y manipuladas por quienes las encargan, pagan y difunden. Una de las muchas encuestas puede señalar la opinión de una familia en alguna parte del país y no la de una población sea Indaparapeo o la Ciudad de México.

La población muestra suele ser de mil personas, lo cual no significa que los más de 80 millones del padrón electoral vayan a votar por quien encabeza esa encuesta. La encuesta precisa se conocerá la noche del 1 de julio cuando se difundan los resultados de las elecciones. Mientras tanto, sólo se puede afirmar que el candidato de Morena cuenta con el mayor apoyo, pero no puede especificarse el porcentaje que obtendrá.

Existen novedosos métodos para conocer más allá del porcentaje de intención del voto, porque no es lo mismo detener a un peatón en las calles para preguntarle por quién votará, que introducirse en su hogar donde la jefa de familia en ese momento da su opinión porque su esposo se encuentra en el trabajo.


ELECTORADO DIVIDIDO

Diversos estudios realizados por la empresa De la Riva Group, que preside Gabriela de la Riva, revelaron que existen diversos factores a tomarse en cuenta para el resultado del 1 de julio y que podrían darnos grandes sorpresas.

Pueden ubicarse cinco grupos de votantes con características específicas, que van desde el obrero y el campesino, hasta los grandes empresarios dueños del dinero. El grupo más fácil de ubicar son los lopezobradoristas. Se trata de aquellos que tienen bien definido su voto a favor del candidato de Morena.

Hay otro sector llamado “cool” y son quienes votarán por López Obrador por ser el político de moda, porque quieren parecer rebeldes y estar afuera del status quo y el candidato más cercano a sus preferencias es AMLO, aunque tampoco los está convenciendo al 100%.

Otro conjunto de electores es el de los “priístas de clóset”, que nunca reconocen ante los encuestadores ni en público -por vergüenza de lo que ha hecho el PRI- que votarán por Meade. Este porcentaje de personas es mayor de lo que muchos se imaginan y ubicará al candidato tricolor por encima de Anaya.

Un sector más reducido es el de los “panistas resentidos” que acudirán a las urnas, pero para dar su voto a López Obrador o a Meade, porque no perdonan el comportamiento inadecuado y traicionero de su exlíder y ahora candidato presidencial.

Los indecisos representan al grupo más numeroso porque no están enterados de la política, porque tienen una pequeña casa que defender y no la quieren o porque hayan recibido, alguna vez en algún mitin priísta, una torta, un refresco y 10 pesos por gritar en la plaza pública a favor de algún candidato del otrora partido invencible, como lo llamaba Francisco Galindo Ochoa.

Los tres principales candidatos presidenciales saben de la importancia de convencer a los indecisos. El puntero en las encuestas quiere garantizar el triunfo con el mayor porcentaje posible. Mientras Meade quiere el segundo lugar para dejar encasillado en el tercer sitio al panista Anaya.

Quienes definirán el segundo y tercer puesto serán los indecisos.

También debe considerarse el “efecto Mundial”, porque si la Selección pierde hoy ante Corea del Sur habrá un efecto de crispación entre la población de rechazo al candidato priísta que favorecería al morenista. En cambio, si el Tri triunfa este sábado habrá un ánimo de alegría, festivo y de esperanza que podrían capitalizar el Meade y reducir el margen de triunfo de López Obrador.


Con este escenario nadie puede asegurar que el arroz ya se coció porque aún faltan ocho días para ir a las urnas y cualquier eventualidad puede alterar el resultado, lo cual no significa que el primer lugar caiga en ese escalafón imaginario que son las encuestas.


ALEGRÍA Y VERGÜENZA EN EL FUTBOL

Los aficionados al futbol cada cuatro años que se juega un campeonato mundial tienen alguna barbaridad que ofrecernos a la población. Han ocurrido casos vergonzosos en Francia, Alemania, Japón, Brasil y otras sedes mundialistas. Rusia no podría ser la excepción.

En el estadio de Moscú volvió a escucharse el grito homofóbico por el triunfo del Tri ante Alemania. Las ofensas al pueblo alemán fueron desde quemar su bandera en Tijuana, mientras en un lugar de ese país, no precisado en redes sociales, una familia arreó su bandera e izó la mexicana.

Esto demuestra que en México ni el dinero ni la posición social se conllevan con la buena educación y la cortesía. La actitud de los mexicanos con sus señas obscenas en nada se parece al comportamiento de los japoneses que al ganar ante Colombia recogieron toda la basura que habían tirado en el estadio.

El futbol, a nivel internacional, ha servido a los aficionados mexicanos para demostrar que somos un pueblo mal educado.