Miguel Ángel Ferrer
Poco a poco, sin prisa pero sin pausa, va cediendo la resistencia de la oligarquía en contra de la reforma judicial. Una resistencia de carácter político, más que de índole jurídica, aunque vestida y revestida con falsos ropajes de juridicidad.
También poco a poco el corrompido Poder Judicial ha venido perdiendo aliados y cómplices en su cruzada antipopular. Primeramente, en el seno del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la correlación interna de fuerzas terminó decantándose en favor de los partidarios de la reforma y resultó vencido el grupo de empleados de la oligarquía.
En segundo término, en el Instituto Nacional Electoral (INE) igualmente resultó derrotado el grupo de consejeros al servicio del viejo régimen pripanista que durante mucho tiempo estuvieron saboteando la tarea del INE en favor de hacer avanzar la reforma.
Por su parte, también el poder mediático fue reculando en su abierta oposición y asumiendo posiciones menos beligerantes. Y en este sentido, un golpe de suerte ha sido la salida de Televisa de uno de los más feroces enemigos de la Cuarta Transformación y de la propia reforma: el dueño o socio mayoritario de ese monopolio de la comunicación.
El motivo de esa salida es la investigación en curso por cuenta del Departamento de Justicia de Estados Unidos de actos de corrupción: sobornos millonarios a los directivos de la Federación Internacional de Fútbol Asociación para obtener los derechos de transmisión de varios torneos mundiales de ese deporte-espectáculo.
Asimismo, el otro gran consorcio de la televisión mexicana, también fiero opositor a la Cuarta Transformación, Televisión Azteca, está perdiendo fuerza e influencia políticas en razón de millonarias denuncias judiciales en México y Estados Unidos por impagos de deudas mercantiles y fiscales.
En el ámbito político interno se puede citar la defección del gobierno panista de Guanajuato en sus radicales afanes opositores a la 4T y a la reforma judicial. Acosada y rebasada por la violencia criminal, la nueva gobernadora ha decidido cooperar con la presidenta Claudia Sheinbaum en la estrategia antinarco y anti criminalidad del gobierno federal.
Y para rematar, en el propio Poder Judicial y en la Suprema Corte ya afloran las divergencias políticas por el mantenimiento del jugoso negocio de la compra-venta de la justicia. Así, poco a poco, el Poder Judicial se va quedando solo. Solito contra el mundo.