/ domingo 5 de julio de 2020

Luchan contra el hambre

Alto Poder


Antes de que termine el año entrarán en pobreza más de un millón porque debido a la crisis generada por el coronavirus, perdieron sus empleos o cerrarán sus negocios. Sin embargo, organismos internacionales y civiles estiman que la cifra podría alcanzar los 18 millones.

El Seguro Social reportó que entre abril y mayo en el país cerraron 9 mil 984 empresas formales, lo que significa que un promedio de 163 establecimientos no volverán a levantar sus cortinas, al menos de momento. Todo ante el temor de contagiarse de Covid-19. Los puestos de trabajo que se están perdiendo llevarán directamente de la mano al hambre a más de un millón de mexicanos, quienes trabajaban honradamente en las empresas, la mayoría con los salarios más bajos, pero les daba lo suficiente para mantener a sus familias.

Según el INEGI, antes de la pandemia que inició en México en febrero, había en el país 4 millones 100 mil micros, pequeñas y medianas empresas que representaban el 97% de los negocios que empleaban y daban sustento a millones de familias, principalmente en los sectores manufacturero, de comercio y servicios privados.

El ataque de ese asesino invisible, que es el Covid-19, agarró con la guardia baja (o sin ella) al gobierno mexicano, que hasta el momento no ha sabido responder a la exigencia de apoyo a esos pequeños comerciantes, empresarios o trabajadores afectados. Resulta preocupante que esa persona desempleada se vea en la necesidad de robar o sumarse a las filas delincuenciales, lo que acarreará más problemas a la administración lopezobradorista.


AISLAMIENTO PASÓ DE NOCHE

En la medida en que más hambre haya en las calles, habrá también más ladrones y asesinos que medran con las lágrimas de un pueblo preocupado y asustado. Por supuesto que la Banca privada tiene un lugar muy importante en los problemas de los empresarios más desprotegidos. Esa Banca que es dueña de los principales negocios y fábricas de la nación, no tiene dinero porque no lo quiere sacar para refaccionar a los pequeños establecimientos que son esenciales para la economía nacional.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que llegó a la Presidencia proclamando “Por el bien de todos primero los pobres”, debe abrir como sea el crédito bancario que no se quiere dar a los empresarios más afectados y trabajadores. Al día de hoy no existe ningún incentivo para los micro, pequeños y medianos empresarios porque los propietarios de las grandes cadenas siguieron abiertas durante la pandemia, sin importarles la salud de sus empleados, para quienes pasó de noche el aislamiento social. Debe tenerse en cuenta que no debe jugarse con el alimento de los niños ni con la estabilidad de los hogares, aquellos que no tienen cómo satisfacer sus necesidades primarias.

La actual administración no debe olvidar que se instaló en Palacio Nacional gracias a la votación masiva de clases populares que son los que más cuentan en una elección.


Alto Poder


Antes de que termine el año entrarán en pobreza más de un millón porque debido a la crisis generada por el coronavirus, perdieron sus empleos o cerrarán sus negocios. Sin embargo, organismos internacionales y civiles estiman que la cifra podría alcanzar los 18 millones.

El Seguro Social reportó que entre abril y mayo en el país cerraron 9 mil 984 empresas formales, lo que significa que un promedio de 163 establecimientos no volverán a levantar sus cortinas, al menos de momento. Todo ante el temor de contagiarse de Covid-19. Los puestos de trabajo que se están perdiendo llevarán directamente de la mano al hambre a más de un millón de mexicanos, quienes trabajaban honradamente en las empresas, la mayoría con los salarios más bajos, pero les daba lo suficiente para mantener a sus familias.

Según el INEGI, antes de la pandemia que inició en México en febrero, había en el país 4 millones 100 mil micros, pequeñas y medianas empresas que representaban el 97% de los negocios que empleaban y daban sustento a millones de familias, principalmente en los sectores manufacturero, de comercio y servicios privados.

El ataque de ese asesino invisible, que es el Covid-19, agarró con la guardia baja (o sin ella) al gobierno mexicano, que hasta el momento no ha sabido responder a la exigencia de apoyo a esos pequeños comerciantes, empresarios o trabajadores afectados. Resulta preocupante que esa persona desempleada se vea en la necesidad de robar o sumarse a las filas delincuenciales, lo que acarreará más problemas a la administración lopezobradorista.


AISLAMIENTO PASÓ DE NOCHE

En la medida en que más hambre haya en las calles, habrá también más ladrones y asesinos que medran con las lágrimas de un pueblo preocupado y asustado. Por supuesto que la Banca privada tiene un lugar muy importante en los problemas de los empresarios más desprotegidos. Esa Banca que es dueña de los principales negocios y fábricas de la nación, no tiene dinero porque no lo quiere sacar para refaccionar a los pequeños establecimientos que son esenciales para la economía nacional.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que llegó a la Presidencia proclamando “Por el bien de todos primero los pobres”, debe abrir como sea el crédito bancario que no se quiere dar a los empresarios más afectados y trabajadores. Al día de hoy no existe ningún incentivo para los micro, pequeños y medianos empresarios porque los propietarios de las grandes cadenas siguieron abiertas durante la pandemia, sin importarles la salud de sus empleados, para quienes pasó de noche el aislamiento social. Debe tenerse en cuenta que no debe jugarse con el alimento de los niños ni con la estabilidad de los hogares, aquellos que no tienen cómo satisfacer sus necesidades primarias.

La actual administración no debe olvidar que se instaló en Palacio Nacional gracias a la votación masiva de clases populares que son los que más cuentan en una elección.