Entre muchos puntos que podemos platicar, en pocas palabras el peligro de que se apruebe la reforma judicial es que desaparecería el contrapeso del gobierno. Es entregarle al partido en el poder una hoja en blanco firmada por todos los mexicanos para que haga y deshaga a su antojo y eso la historia nos ha marcado que no tiene buenos resultados, sino todo lo contrario.
La reforma judicial está a solamente un voto de ser aprobada. Tenemos que pelear hasta el final y hacer toda la presión social necesaria para que no suceda, pero también tenemos que aceptar y reflexionar lo fácil que ha sido para el actual y próximo gobierno vendernos la idea de que esta reforma judicial o temas como la eliminación de los organismos autónomos, es positivo y necesario para todos.
Es tanto lo que las personas nos hemos alejado, lo que hemos sido indiferentes, lo que hemos mejor volteado hacia otro lado y no participado, que es muy fácil que cualquier político venga a decir que tiene la varita mágica para que las cosas estén bien y nosotros le creamos.
Es tanto lo que los partidos políticos, todos los partidos, han desvirtuado la política que por eso preferimos no meternos. Lo único que escuchamos es corrupción y mejor no te metas porque te recordamos que vivimos en el país en donde alzar la voz te puede salir muy caro.
Es tanto lo que hemos creído que fingir demencia y quedarnos calladas es la mejor opción, que dejamos la puerta abierta para que cualquier político, sin importar su preparación e integridad. gobernara nuestro país y hoy las consecuencias ya se están viendo irreversibles.
Entiendo que no queramos participar. Muchos hemos tocado la puerta con propuestas, queriendo trabajar sin necesidad de ningún compromiso o pago más que se haga lo más positivo por nuestro entorno y sólo hemos recibido palmadas en la espalda y portazos en la cara.
Entiendo que no queramos participar cuando México es de los países más peligrosos para ser activista, pero la solución no está en que hablemos y participemos pocos, sino que lo hagamos todos.
Hoy discutimos y nos juntamos a defender la reforma judicial, pero no podemos seguir preocupándonos 15 para las 3 por querer dar reversa a temas que nos afectan a todos. Si seguimos ajenos, distantes y sin ocuparnos por enseñarnos a debatir, analizar y proponer entre todos, mañana no habrá quién nos escuche, quién nos reciba o quién nos defienda.