En México, si los diputados y senadores, es decir el Poder Legislativo, hacen un cambio a la ley, pero ese cambio viola derechos humanos o la forma en que se hizo la votación fue sin avisarles en tiempo y forma a todos los diputados y senadores, el Poder Judicial, es decir, jueces, magistrados y ministros, pueden dar reversa a las leyes aprobadas.
Es un candado que existe en nuestro país para garantizar que podamos vivir en democracia y que no se aprueben leyes que atenten contra nuestros derechos fundamentales, por ejemplo el derecho a la libre expresión. Y estos candados son necesarios porque la gran mayoría de las veces lo que nos han demostrado los diputados y senadores de todos los partidos políticos es que la única forma en que saben votar es acorde a lo que el partido o su bolsillo les dice o en casos críticos bajo las amenazas a su persona o familias.
En una democracia existen contrapesos porque la historia nos ha marcado que si no los hay, el poder absoluto corrompe y sólo ve a los intereses propios. Por eso no debemos quedarnos callados ni aceptar lo que acaban de aprobar los senadores, que es precisamente que nada ni nadie -vía legal- pueda dar reversa a reformas a nuestra Constitución y falta todavía que lo aprueben los diputados federales y que lo aprueben por mayoría 17 de los Congresos locales.
Escucho mucho como excusa ante ésta y otras reformas de los servidores públicos del partido en el poder que todo lo que hacen es democrático porque ellos llegaron con la mayoría de los votos. Nada más no confundamos democracia con ser representantes de las mayorías, ser los representantes de las mayorías es una consecuencia de que existe democracia en nuestro país, pero no existe democracia si no hay límites, que los están quitando queriendo impedir que nada pueda darle reversa a sus reformas. No existe democracia si no se garantizan derechos humanos a las personas, como el de la transparencia y quieren desaparecer al INAI. No existe democracia cuando solo les gusta la democracia a conveniencia. Como diría Jean Cocteau: “No se debe confundir la verdad con la opinión de la mayoría”.
Además, todavía si estuvieran votando con conciencia, sabiendo lo que significa lo que están aprobando, pero múltiples veces nos han demostrado que ni leen las iniciativas, que solo levantan la mano y abren el bolsillo y eso sin contar las formas, pues los senadores otra vez votaron a prisa. El que sabe que está haciendo algo mal lo hace a escondidas, en el caso de nuestros legisladores, de madrugada y sin previo aviso. Están queriendo dejar un candado abierto para meterse a robar nuestros derechos.