/ martes 23 de julio de 2024

Entre Teclas | Poder femenino

La inmensa mayoría de los países del mundo están en un proceso de reorganización social, que fundamentalmente se basa en el otorgamiento de más derechos a quienes a lo largo de la historia han sido marginados, particularmente a las mujeres.

Sergio Caro / La Voz de la Frontera

La lucha de las mujeres para lograr las posiciones que actualmente ocupan en la vida del sector público y empresarial no ha sido fácil; inicia a mediados del siglo XIX en algunos países de Europa y poco a poco pasó a América y a otras regiones del planeta.

Particularmente en México, la figura femenina tuvo una extraordinaria participación en la llamada “Revolución Mexicana” en la segunda década del siglo XX bajo la imagen de “Las Adelitas”, sin embargo, la primera muestra efectiva del empoderamiento de la mujer en la vida política fue el 17 de octubre de 1953, cuando el presidente Adolfo Ruiz Cortines expide la reforma a los artículos 34 y 115, fracción I constitucionales, en la que se otorga plenitud de los derechos ciudadanos a la mujer mexicana.

En las elecciones del 3 de julio de 1955 las mujeres acuden por primera vez a las urnas a emitir su voto.

En esa ocasión se elegía a diputados federales para la XLIII Legislatura.

El concepto de empoderamiento femenino en relación con el alcance de la igualdad de género se ha hecho muy popular en los últimos años, tanto en el plano social como dentro del ámbito empresarial.

Su origen se remonta a la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en Bijing (Pekín, 1995) y se refiere al aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder con el objetivo de avanzar en la equidad entre géneros. Éste se relaciona con los ejes de derechos humanos, salud sexual y reproductiva y educación, considerados fundamentales para el avance y el aumento de la participación de las mujeres a todos los niveles en la sociedad, también en el plano económico.

En México la lucha de las mujeres por destacar en la vida pública y empresarial ha estado salpicada de situaciones agridulces y sinsabores, pero al final de cuentas el avance femenino se ha dado, de tal forma que a partir del 1 de octubre México tendrá la primera presidenta en la persona de Claudia Sheinbaum Partido; en Baja California gobierna la mexicalense Marina del Pilar Ávila Olmeda y en la capital del estado la profesora Norma Bustamante.

Mientras tanto a partir del próximo 1 de agosto, el congreso de Baja California, por primera vez estará conformado por 16 mujeres y 9 hombres, según se confirmó en la sesión de Consejo General del Instituto Estatal Electoral la semana pasada.

La equidad de género permite brindar a mujeres y hombres las mismas oportunidades, condiciones y formas de trato, sin dejar a un lado las particularidades de cada uno que permitan y garanticen el acceso a los derechos que tienen como ciudadanos.

Si bien es cierto en México ha habido avances en este aspecto, todavía falta transitar a espacios de mayor equilibrio entre hombres y mujeres, de tal manera que sea la sociedad quien se empodere.

La inmensa mayoría de los países del mundo están en un proceso de reorganización social, que fundamentalmente se basa en el otorgamiento de más derechos a quienes a lo largo de la historia han sido marginados, particularmente a las mujeres.

Sergio Caro / La Voz de la Frontera

La lucha de las mujeres para lograr las posiciones que actualmente ocupan en la vida del sector público y empresarial no ha sido fácil; inicia a mediados del siglo XIX en algunos países de Europa y poco a poco pasó a América y a otras regiones del planeta.

Particularmente en México, la figura femenina tuvo una extraordinaria participación en la llamada “Revolución Mexicana” en la segunda década del siglo XX bajo la imagen de “Las Adelitas”, sin embargo, la primera muestra efectiva del empoderamiento de la mujer en la vida política fue el 17 de octubre de 1953, cuando el presidente Adolfo Ruiz Cortines expide la reforma a los artículos 34 y 115, fracción I constitucionales, en la que se otorga plenitud de los derechos ciudadanos a la mujer mexicana.

En las elecciones del 3 de julio de 1955 las mujeres acuden por primera vez a las urnas a emitir su voto.

En esa ocasión se elegía a diputados federales para la XLIII Legislatura.

El concepto de empoderamiento femenino en relación con el alcance de la igualdad de género se ha hecho muy popular en los últimos años, tanto en el plano social como dentro del ámbito empresarial.

Su origen se remonta a la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en Bijing (Pekín, 1995) y se refiere al aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder con el objetivo de avanzar en la equidad entre géneros. Éste se relaciona con los ejes de derechos humanos, salud sexual y reproductiva y educación, considerados fundamentales para el avance y el aumento de la participación de las mujeres a todos los niveles en la sociedad, también en el plano económico.

En México la lucha de las mujeres por destacar en la vida pública y empresarial ha estado salpicada de situaciones agridulces y sinsabores, pero al final de cuentas el avance femenino se ha dado, de tal forma que a partir del 1 de octubre México tendrá la primera presidenta en la persona de Claudia Sheinbaum Partido; en Baja California gobierna la mexicalense Marina del Pilar Ávila Olmeda y en la capital del estado la profesora Norma Bustamante.

Mientras tanto a partir del próximo 1 de agosto, el congreso de Baja California, por primera vez estará conformado por 16 mujeres y 9 hombres, según se confirmó en la sesión de Consejo General del Instituto Estatal Electoral la semana pasada.

La equidad de género permite brindar a mujeres y hombres las mismas oportunidades, condiciones y formas de trato, sin dejar a un lado las particularidades de cada uno que permitan y garanticen el acceso a los derechos que tienen como ciudadanos.

Si bien es cierto en México ha habido avances en este aspecto, todavía falta transitar a espacios de mayor equilibrio entre hombres y mujeres, de tal manera que sea la sociedad quien se empodere.

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