/ miércoles 16 de octubre de 2024

El Nobel de Economía

Cuauhtémoc López Guzmán

Este año el Nobel de Economía fue para Daron Acemoglu, James A. Robinson y Simon Johnson, por su contribución en destacar cómo las instituciones determinan la prosperidad o el atraso de las naciones.

En la década de los noventas, un primer grupo de economistas neo institucionalistas recibió el Premio Nobel. Sus nombres son Ronald Coase, Douglass North y Oliver Williamson.

Cortesía

Me da mucho gusto la noticia por cuatro razones: Uno, se reafirma el carácter científico del neo institucionalismo. Esta vertiente de la economía que durante muchas décadas fue edificada, relegada y revalorizada, ahora es dominante en la comprensión del desarrollo, la democracia y el Estado de Derecho. Los ahora premiados son economistas de una segunda generación de la escuela neo institucional.

Dos: Porque desde que inicié mi proyecto de investigación en la Maestría en Economía Internacional, me enfoqué en relacionar el desempeño económico de México con la modernización institucional. Sin embargo, en aquel momento y sin tener una teoría que me guiara, no pude conectar estas dos variables, economía y política. Tres: Afortunadamente en mis estudios de doctorado en Ciencia Política conocí y me adherí al neo institucionalismo, desde entonces mi tesis doctoral, mis publicaciones y mi mejor y más conocido libro titulado “Instituciones, inequidad y sistemas de privilegios en México” están construidos con las premisas del neo institucionalismo o también conocida como Nueva Economía Institucional.

Cuatro: Reafirmar el papel central del diseño institucional en la prosperidad o pobreza de las naciones, tiene hoy gran relevancia en nuestro país porque los gobernantes populistas implementan políticas contrarias al desarrollo y la prosperidad. Por ejemplo, para la teoría neo institucional el progreso de las naciones se basa en el respeto a los derechos de propiedad, la vigencia del Estado de Derecho (un Poder Judicial autónomo), que el gobierno no altere los costos de transacción (burocracia y corrupción). Pero sobre todo, que el gobernante tenga límites institucionales basado en un Estado contractual que evite la concentración del poder en manos de demagogos y tiranos.

En resumen, el neo institucionalismo reconoce que el Estado puede ser el instrumento de progreso de las naciones, pero también puede ser el instrumento que obstaculiza dicho progreso. Allí donde el gobernante tiene límites institucionales (Estado contractual) son naciones prósperas, democráticas y libres. En cambio, donde el gobernante no tiene límites institucionales (Estado depredador) las naciones son pobres, autoritarias y sufren la falta de libertades. El sexenio que acaba de terminar y quizás la actual gobernante continúe con su embate a las instituciones democráticas, eliminar el pluralismo y todo equilibrio constitucional.

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