El mejor modelo educativo universitario es el que se lleva a la práctica. De nada sirve un documento brillante, si no se le da seguimiento.
Ahora, si la UABC cree necesario diseñar un nuevo modelo, entonces no hay motivo para complicarse: Deberá estar centrado en el ser humano, no moverse de ahí.
Entiendo un modelo como la guía operativa básica, el documento filosófico a revisar, cuando existen dudas sobre cómo abordar una situación novedosa, por ejemplo, alguna irrupción tecnológica. Por lo demás, la base debe ser la misma: Brindarle herramientas al estudiante para que descubra su talento innato, luego cómo potenciarlo, combinándolo con lo aprendido en su formación universitaria, para al final ponerlo al servicio de la comunidad, generando riqueza, sin avaricia.
De por sí toda educación superior tendría que centrarse en la persona, con mayor razón si se trata de la educación del Estado mexicano, la que se paga con los impuestos de todos. El modelo anterior (2018) no le pide nada a ninguno, es más, podríamos asegurar que ni necesidad hay de modificarlo porque una educación humanista, centrada en el apoyo solidario, fortalecedora de los espíritus, de pensamiento crítico, siempre estará atenta a los cambios sociales, pero específicamente siempre encontrará la forma de resolver los retos, incluso adelantándose a ellos.
En todo caso, lo que la Universidad requiere es animarse a probar modificaciones en las formas de trabajo entre docentes-alumnos. De entrada, el reconocimiento del entorno, la exploración de la comunidad donde se estudia, es un requisito indispensable para todas las carreras, no solo las de humanidades.
Los ingenieros, los médicos, abogados, mercadólogos, los internacionalistas, deben saber bien desde los primeros semestres las condiciones de los diversos sectores a los cuales servirán en el futuro próximo. Las innovaciones no son ocurrencias, sino el resultado de un entendimiento cabal de la problemática.
Otra variante es apoyar a todo alumno trabajador, otorgándole el 30% de créditos de las materias a cursar, por el simple hecho de estar laborando. Ahora, si la empresa está relacionada con su carrera, entonces los créditos aumentan hasta el 50%, el número llega hasta el 70% si el alumno crea una empresa, con lo que está aprendiendo en su carrera.
La UABC será aún mejor si se enfoca en las personas a las que se debe, no en el qué dirá la comunidad mundial de expertos educativos. Se trata de dar resultados, tener satisfecho no sólo al estudiante, sino a los padres de familia, al ver a sus hijos seguros, confiados, capaces de enfrentar la vida con las herramientas que la escuela les dio.