/ domingo 10 de abril de 2022

El Álamo Santo

“El cosmos puede ser visto bajo la forma de un árbol gigante…”: Mircea Eliade en “Tratado de historia de las religiones”.

LA ESPIGA

Entre 1991-1992 se presentó en el Valle de Mexicali un fenómeno social bastante interesante que atrajo la atención de multitudes de personas entre curiosas, creyentes, devotas y estudiosos de las creencias mágicas. Se trata del famoso Álamo Santo, el cual apareció en el ejido Monterrey, muy cerca del poblado Batáquez.

La historia cuenta que un regador trabajando cerca de un cauce de agua derribó un álamo, el cual en pocos días reverdeció hasta cubrirse de nuevo de un intenso ramaje. Este suceso derivó en un aparente uso medicinal-milagroso de los fragmentos de corteza llamados popularmente “tecatas”. Al expandirse el rumor de que este álamo volvió a la vida dotado de poderes mágicos-curativos, empezó una gran afluencia de personas solicitantes de favores, intercesiones y en especial, milagros, algunos sorprendentes como la cura de enfermedades o la solución de problemas económicos.

Poco más 14 mil 838 hectáreas han sido sembradas en este ciclo de cultivo en el valle de Mexicali | Cortesía Sader

Pronto la noticia llegó a los vecinos Estados de California, Arizona, Sonora y Baja California Sur. Se dice que llegaban visitantes de Canadá y del interior de la República Mexicana, todos solicitantes de algún “milagro” propiciado por el Álamo Santo. No tardó en instalarse una capilla especial, sin faltar el ambiente de romería y verbena popular con sus vendedores ambulantes, puestos de comida, curanderos, sobadores, músicos, ministros de cultos religiosos y toda una multitud de convencidos en los poderes sobrenaturales del Álamo Santo.

En el esplendor de este mito popular, el Taller Universitario de Teatro de la UABC, dirigido por Ángel Norzagaray, decidió montar un espectáculo teatral inspirado en el Álamo Santo, el cual resultó un éxito absoluto con múltiples presentaciones tanto en Baja California como en el interior del país. Esta puesta en escena puso en movimiento a 19 actores, cuatro músicos, un equipo de producción de ocho personas ocupadas de la escenografía y vestuario, iluminación, sonido, tramoya, asistentes y la dirección encargada de hacer posible que la magia apareciera en el escenario.

La obra teatral cuenta la manera en que varios personajes emblemáticos del modo de ser norteño-cachanilla se aproximaban al Álamo Santo en busca de la iluminación-redención. En un desfile festivo y grandilocuente aparecen en escena jornaleros agrícolas, ciegos y débiles visuales, enfermos terminales, paralíticos, sordos, mudos, novias anhelantes de galán, boxeadores necesitados de triunfos, “rodinos”, “emigrados”, beisbolistas con mala suerte, borrachos con “crudas” espantosas, gringos llenos de humildad, familiares de encarcelados, candidatos políticos en campaña, funcionarios públicos solicitantes de audiencias con los jefes superiores, delincuentes arrepentidos de sus fechorías, almas cándidas necesitadas de cariño, comprensión y dinero…toda una serie de perfiles humanos que le rogaban al Álamo Santo (ubicado en el Valle de Mexicali) les concediera una indulgencia-bienaventuranza, la buena suerte, la senda del éxito, de la salud y la felicidad.

Esta obra fue todo un éxito regional, nacional e internacional.

oscarher1955@yahoo.com