ESTRATEGIA$
Hace días un conocido expresó sus inquietudes respecto al futuro económico de nuestro país. No es joven, sino una persona próxima al retiro.
Me preguntó del riesgo que corrían sus ahorros de vida ante los cambios iniciados por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), refiriendo que el cúmulo de críticas en las redes sociales, así como comentarios negativos de amigos, alimentaban sus temores. El tema no es cualquier cosa. La cuarta transformación ha provocado que miles se hagan la misma pregunta. Y con ello aumente la incertidumbre. Nadie tiene una bola de cristal para ver lo que pasará mañana, pero no advierto razones fundadas para alertar a los ahorradores de peligros a corto plazo.
Es cierto que AMLO ha tenido desaciertos en lo que va de su gestión, algunos de escasa importancia y otros de gran polémica. Sin embargo, no están fuera de proporción cuando se les compara a las de otros regímenes. Para quienes acusan que la cancelación del aeropuerto de Texcoco, la baja de la calificación de Pemex, el desabasto de combustibles ocasionada por el combate al huachicoleo y otros, hace que esta administración se enfile a ser la más costosa de las últimas décadas, habría que recordarles el precio que se pagó por el llamado “error de diciembre” de Zedillo, la “guerra contra el narcotráfico” de Calderón o el aumento sin precedente de la corrupción y la impunidad con Peña Nieto. No se trata de justificar, sino de dimensionar lo acontecido hasta ahora. Es probable que en 2019 el PIB no avance 2% y se desacelere hasta el 1%, pero ningún analista prevemos cero crecimiento o recesión ni para el siguiente año.
Esta visión se basa en el compromiso del Ejecutivo y el mandato del Congreso de mantener disciplina fiscal. También en la independencia del Banco de México y el sistema de libre flotación de nuestra moneda. Asimismo, en los compromisos contenidos en los diversos acuerdos comerciales internacionales, especialmente el TLCAN (próximamente T-MEC). Lo más importante es la renovada esperanza del pueblo de México de un mejor mañana. Esa que se refleja en las encuestas donde la aprobación para AMLO va desde 60% a 90%. A la mayoría se le olvida que no hace mucho la ruptura de la paz social estaba en los primeros lugares de riesgos considerados por los analistas privados.
En mi opinión, el respiro que se ha logrado bien vale un año de aletargamiento económico. Es cierto que la inflación aún no se alinea con el objetivo del Banco Central, pero ha entrado en una etapa que permite prever lo hará para la segunda mitad del año. Y respecto al tipo de cambio, si bien seguirá volátil, la recuperación del precio de la mezcla mexicana -aunado a una mayor recepción de remesas- permiten vaticinar que no sobrepasará el máximo valor registrado en los últimos dos años. En conclusión, pienso que el factor riesgo para los ahorradores no está en color amarillo o rojo.